Aunque parezca complicado, instalar un lavabo o cambiar el que tienes resulta muy sencillo. A poco que tengas las herramientas adecuadas y un poco de habilidad manual, puedes ahorrarte un buen dinero a la hora de renovar tu hogar.
Cuando se trata de modificar el aspecto de tu baño, cambiar el lavabo es una de las opciones más económicas que tenemos a nuestro alcance. Sobre todo si conoces cuál es el procedimiento para cambiar el lavabo de tu baño, lo que es bastante más fácil de lo que parece. Así que no tienes más que seguir las orientaciones de nuestra guía para instalar un lavabo, ahorrarte un buen dinero y disfrutar de un cambio muy agradable en tu hogar. Así solo tendrás que comprar el mejor lavabo que prefieras conforme a tu estilo y empezar a disfrutarlo al momento.
Qué necesitamos
Lo primero que vamos a necesitar, aparte del lavabo, son las fijaciones del mismo a la pared, que suelen incluirse con el producto. También necesitaremos un tubo de desagüe, los latiguillos para el agua, silicona y su pistola, así como teflón. En el lado de las herramientas vamos a necesitar de un metro, lápiz, taladro y brocas adecuadas, martillo, destornillador, llave inglesa y un nivel. En caso de que el lavabo vaya encastrado en un mueble, es posible que necesites de una sierra y una radial y, lógicamente, el propio mueble.
Por cierto, en este caso hemos considerando un montaje de lavabo en el que ya tenemos la instalación de fontanería previamente ejecutada. Si este no es el caso, el trabajo se complica bastante, por lo que te convendrá recurrir a un fontanero para que ejecute dicha instalación, a menos que tengas las habilidades para ello.
Primeros pasos
Para empezar con la instalación del lavabo procederemos a presentar el producto sobre la pared y colocarlo en la posición en la que tengamos previsto realizar el montaje. Esto supone ubicar el producto en la pared, debidamente nivelado y sujeto. En esta posición procederemos a marcar sobre la pared las zonas en las que deberemos colocar los elementos de sujeción.
Es clave que siempre verifiquemos varias veces que todo esté recto, tanto mientras tenemos el lavabo presentado sobre la pared como respecto de las marcas que hayamos colocado en la misma. Un lavabo torcido no es aceptable y acaba dando problemas.
Haciendo los agujeros
El siguiente paso es realizar los agujeros en la pared. Es clave que la broca sea de la medida adecuada a los tacos y tornillos que vayamos a usar, considerando que sobre el lavabo suele ser habitual hacer fuerza y necesita de un apoyo firme. El primer paso es dar un pequeño golpe con un destornillador de estrella sobre el centro de la marca, a fin de eliminar el esmalte e impedir que la broca se deslice al taladrar.
A continuación, no tienes más que perforar la pared tal como lo harías siempre, manteniendo el taladro y la broca bien rectos para evitar taladrar mal el hueco. Una vez hechos los agujeros, no hay más que insertar los tacos en la pared y golpearlos con un martillo, hasta enrasarlos correctamente.
Colocando el lavabo
Seguiremos el montaje colocando el lavabo físicamente sobre la pared. Introduciremos los tornillos en los agujeros que hemos realizado previamente en la pared, apretando los mismos un poco. Verificamos con el nivel que el lavabo se encuentra bien recto, procediendo a apretar los tornillos por completo una vez que todo está en orden.
En este proceso es fundamental que no te olvides de colocar el pie, a fin de lograr un equilibrado correcto del producto. Lo mismo ocurre con el mueble, en caso de que sea esta la instalación prevista. Una vez que todo esté en su lugar, es el momento de verter la silicona sobre las juntas del lavabo, a fin de impedir que las filtraciones del agua puedan causar problemas.
Instalación de la grifería
Seguiremos con el proceso de montaje del lavabo conectando los diferentes elementos de unión. Para empezar, será necesario localizar las tomas de agua y conectar sobre ellas los latiguillos de conexión. Es clave que los latiguillos tengan el tamaño suficiente para ir desde las llaves a los grifos, sin que los latiguillos queden tensos.
Estos se conectan tanto a estas llaves como a las tomas correspondientes del grifo. Es fundamental que cada una de estas tomas se conecte correctamente, de modo que el latiguillo del agua caliente vaya a la toma del agua caliente y lo mismo con el del agua fría. Aprieta las conexiones de rosca de las tomas con la ayuda de la llave inglesa, hasta lograr un buen nivel de apriete.
Previamente, conviene añadir un poco de teflón a las conexiones, a fin de lograr la máxima estanqueidad. En paralelo, también es importante verificar que los latiguillos tienen las gomas necesarias para que el agua no se salga durante el uso, colocando todo correctamente durante el montaje.
Respecto del montaje del grifo, este generalmente cuenta con un perno o barra roscada de gran tamaño, que se aprieta también con una tuerca y la llave inglesa. Es muy importante que este apriete se realice con fuerza, pues con esto evitaremos que el grifo se mueva durante el uso. No te olvides de colocar previamente el embellecedor del grifo, en caso de que el modelo que hayas elegido lo incluya.
Salida del agua
Ya hemos tratado la entrada del agua, pero nos queda instalar la salida o desagüe de la misma. Para esta instalación existen dos versiones diferentes, según lo que prefieras. Una de ellas es instalar un tubo corrugado flexible, con el que simplificar el proceso de montaje. Solo hay que darle al tubo la forma correcta y crear el efecto de bote sifónico mediante un pequeño codo, procediendo después a conectar el tubo a las dos tomas. Algo que simplifica el montaje y nos ahorra tiempo.
La otra opción es la solución clásica, compuesta de dos tubos y el bote sifónico. Esta segunda opción es la más recomendable cuando el lavabo no tiene pie y estos tubos quedan al aire, puesto que existen tuberías cromadas con las que no romper la estética del lavabo. Para su montaje basta con conectar los diferentes elementos tanto a la toma de salida del lavabo como a la tubería de desagüe del grifo, verificando que todo quede correctamente conectado y sin fugas.